Autor: Redacción OnmedaRevisión médica: Dra. María Gemma Tena(26 de Enero de 2011)
Aquí también, la evolución del íleo depende, en gran medida, de su causa
originaria. El pronóstico puede ser muy positivo, si se realiza el tratamiento a
tiempo. La oclusión intestinal tiene un índice de mortalidad de entre un 10 y un
25%, por lo que debe ser considerada con seriedad. Por cada hora que corra sin
recurrir a medidas terapéuticas, el riesgo del afectado aumenta en un 1 por ciento.
De allí que resulte tan importante diagnosticarlo y tratarlo en la máxima
brevedad.
El pronóstico del íleo mecánico puede ser favorable, si la causa originaria en
benigna. Sin embargo, si el íleo persiste, puede convertirse en un íleo
paralítico.
Complicaciones
La oclusión intestinal puede sufrir graves complicaciones durante su evolución.
La más grave ocurre cuando el contenido intestinal rompe la pared intestinal
(perforación), o cuando acontece un shock o una
infección en el cuerpo (denominada sepsis). Además, el
peritoneo puede inflamarse y algunas secciones intestinales pueden perecer.
Casi todas las complicaciones están ligadas a la creciente presión ejercida en el
intestino:
Dado que, en el íleo, el posible obstáculo intestinal produce gas y que se
acumulan heces y contenidos intestinales, la presión en el intestino puede
llegar a multiplicarse por 150, en comparación con la presión normal. La
presión interior del intestino ya no permite una circulación fluida de la
sangre, ya que los vasos sanguíneos están comprimidos. Esto afecta
gravemente el intestino y, consecuentemente, su función. Así es como, en ese
momento, las bacterias asentadas en el intestino
pueden atravesar la pared intestinal. Además, también pueden llegar a
inflamar el peritoneo y llegar a cualquier parte del cuerpo a través de la
sangre. En realidad, las bacterias del
intestino ayudan en el proceso digestivo. Sin embargo, pueden causar daños,
si se encuentran en el resto del cuerpo, provocando una sepsis letal.
La creciente presión intestinal resultante del íleo puede oprimir el
diafragma (una membrana de fibras musculares que facilita la respiración por
contracción) desde abajo. Dado que el pulmón ya no
puede dilatarse más, la respiración puede verse alterada, de modo que el
afectado deja de recibir suficiente oxígeno. En consecuencia, el metabolismo
también puede verse dañado, lo que puede dar lugar a una peor circulación de
la sangre en la pared intestinal. El daño en la respiración puede conllevar
a una neumonía.
La creciente presión intestinal resultante del íleo puede afinar la membrana
del intestino hinchado. Además de los daños provocados por la mala
circulación sanguínea, el contenido intestinal puede llegar a traspasar la
pared intestinal a través de orificios o grietas (perforación). En ese caso,
lo mejor es operar de inmediato para encontrar la abertura. A veces, en la
radiografía, puede apreciarse el aire que se
libera allí donde el contenido intestinal traspasa la pared intestinal.
Otra complicación del íleo es la interrupción de la capacidad del intestino, en
la que se transfieren los nutrientes a la circulación sanguínea (reabsorción): de este
modo, se pierden líquido y electrolitos, que el cuerpo tendría que absorber a través del
intestino. La pérdida de líquidos puede producir un shock, ya que el cuerpo necesita estas sustancias. En la
radiografía, se pueden apreciar los líquidos y, mediante auscultación, pueden
escucharse los ruidos, a modo de crujidos metálicos. La pérdida de líquidos y de
electrolitos puede provocar rápidamente una situación letal.